
Tick Tick... Boom
y el bloqueo creativo
"...You Get To A Certain Age, And You Stop Being A Writer Who Waits Tables, And You Become A Waiter With A Hobby."
Jonathan Larson, interpretado por Andrew Garfield, es un autor teatral que lucha por acabar su primer musical antes de llegar a su 30 cumpleaños. La presión por tener éxito, la precariedad laboral, las situaciones personales y el bloqueo creativo hacen que el protagonista sufra para alcanzar su objetivo, llegando incluso a boicotear su propio proceso creativo.
​
​
​
​
​
​
​
​
​
​
​
​
​
​
​
​
​
La película crea una sensación de carrera contrarreloj en la que nos podemos ver claramente identificados. El estrés que vivimos los jóvenes por encontrar no solo un puesto de trabajo que nos motive, sino que nos permita crecer profesionalmente y acceder a ese “éxito” hace que la caída en el caso de no conseguirlo, sea más dura.
​
Por otra parte, la precariedad es una de las barreras principales a la que se tendrá que enfrentar Jonathan para desarrollar su potencial artístico. No disponer de una base económica supone para el protagonista tener que trabajar en una cafetería como camarero y no poder dedicarse al cien por cien al musical. Además de tener que combinar su vida profesional con su vida personal y con su proyecto artístico. Este malabarismo para cuadrar todas estas actividades hace que el proceso creativo sea cada vez más estresante y que las relaciones personales se vean dañadas por una falta de atención.
​
Por desgracia, muchos estudiantes podemos vernos reflejados por esta situación: queremos crecer profesionalmente y formar parte de un proyecto interesante, pero las únicas oportunidades que vemos para llegar suelen estar mal pagadas y no nos queda otra que buscar un trabajo alternativo para poder subsistir.
​
​
​

Por último, pero no menos importante, la película también nos muestra el bloqueo creativo. Para finalizar el musical Jonathan necesita terminar una última canción, pero sufre el síndrome de la página en blanco (incapacidad para escribir nuevas ideas).
Cuanto más intenta sentarse a escribir, menos ideas tiene y más ansiedad le produce la situación. Durante la película podemos ver cómo llega a pasarse horas y horas enfrente de su libreta sin ningún tipo de avance. Este bloqueo nos ocurre en algún momento a todos y puede ser causado por diferentes motivos.
​
Yo soy la primera que ha sufrido este tipo de bloqueo y lo que os puedo decir es que sentarse delante de la hoja mirando al infinito y esperando a tener una iluminación divina a mí no me ha servido nunca para nada. Más bien ha conseguido lo contrario, que empiece a aburrirme y a generar más estrés y desmotivación al proyecto. Mi consejo personal es que dejéis la hoja donde está y desconectéis durante unas horas.
​
Muchas veces necesitamos alejar nuestra mente del proceso creativo, ver y asimilar nuevos estímulos para cambiar el punto de vista. Las mejores ideas siempre nos vienen cuando no estamos pensando exhaustivamente en el problema creativo, sino cuando nuestro cerebro está trabajando en un segundo plano (por ejemplo: en la ducha, mientras duermes, cuando estás paseando o hablando con alguien). Lo que nos inspira no suele estar siempre delante de nosotros, sino que a veces tenemos que salir a buscar nuevas referencias para poder escapar de ese bucle.
​
Tick, Tick... Boom es un musical que refleja perfectamente el estrés y la ansiedad que hay detrás de un proceso creativo y la cantidad de trabajo que supone llevar a cabo una obra artística. El bloqueo forma parte de la trama, llegando a convertirse en un personaje más. Jonathan aun así nos demuestra la perseverancia, la motivación y la ambición necesarias para finalizar un proyecto cuando todo parece ir en contra. Os recomiendo que veáis la película si os interesa este tema y os invito a comentar conmigo vuestras reflexiones.
​